El profesor del siglo XXI está llamado a ser un mediador en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Esta mediación se da a través de la formulación de preguntas que propicien aprendizajes significativos y duraderos en los estudiantes. Por tanto, en este nuevo rol, el maestro está llamado a mantenerse en continua actualización, que le permita orientar a sus estudiantes hacia lo que necesitan saber, saber hacer y lo que deben ser para desempeñarse en la actual Sociedad de la Información. En términos de Freire (2004, p. 7), “formar es mucho más que simplemente adiestrar al educando en el desempeño de destrezas”, va más allá e involucra la dimensión ética del estudiante. El rol del maestro se extiende hacia la búsqueda de fuentes primarias, su competencia crítica y objetiva le permite filtrar la información más relevante para sus estudiantes, es altamente creativo, sintetiza, confronta versiones, agrega contextos, difunde, respeta intereses de sus estudiantes,...
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